Dos amigas de la asociación llevaban tiempo alimentando a esta gata salvaje, sabían que había parido pero no localizaban donde. Cuando lo hicieron se quedaron atónitas: en un macetero en el filo de una cornisa; con el riesgo de que los bebés se estamparan contra el suelo.
Asi que, pusieron la jaula trampa capturaron y pusieron a salvo a los bebés.