Una compañera y amiga paseaba con su perra por la playa cuando encontraron al pequeño Kiwi, sediento y hambriento.
Tras recibir un buen baño, se vió que tenía una herida horrible en su barriga, así que ha tenido que pasar por el vete.
Han tenido que recortar tejido muerto, sanear y coser. Ahora a recuperarse y encontrar una buena familia.
Si quieres dar una oportunidad a nuestro gatete, escríbenos.