A PULGUI le tiraron al porche de una compañera aún sabiendo que hay perros poco amigables con gatos. El pobre, presa del pánico porque un pastor alemán iba a por él, trepó como pudo por la valla, lesionandose su patita izquierda. Nada que con antiinflamatorios no se haya podido solucionar.
A pesar del pánico, cuando la compañera retiró al perro para poder coger al gatito no tuvo ni un mal gesto hacia ella- Una vez se relajó, comió, bebió, se hizo un rosquito y se durmió.
Convive con otro perrito de tamaño pequeño y no le tiene miedo.