Rosario gata

La dulce Rosario llevaba un tiempo abandonada en un pueblo. La pobre se resguardaba en el cementerio huyendo de los zorros. 

Cuando mi compañera la vio por primera vez, huyó todo lo rápido que pudo, hasta que descubrió que ella solo iba a ponerle comida y rápidamente comenzó a restregarse con ella. En cuanto oía el coche salía de su escondite rápida como el rayo.

Así que la compi no pudo resistirse y se la llevó a casa. Fue a un veterinario y carecía de chip, por lo que Rosario ya es parte de la familia Huella. 

Si quieres darle un hogar, no dudes en escribirnos a felinalahuellaroja@gmail.com